A partir de la Revolución Industrial del siglo XIX , la quema de combustibles fósiles aumentó exponencialmente y con ello, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Hoy en día, más del 80% de la energía a nivel mundial
proviene de los combustibles fósiles.
En paralelo a la quema desmedida de combustibles fósiles, se han perdido de manera acelerada los bosques y la biodiversidad por la sobreexplotación de los recursos naturales, la deforestación y el cambio de uso de suelo.